lunes, 8 de septiembre de 2014

El placer de los baños calientes

Si se vuelve la mirada hacia el pasado, el rito del baño se consideraba mucho más que un acto de aseo corporal. Así lo manifiesta la historia a través de las costumbres de civilizaciones antiguas de Egipto, Roma, Grecia y culturas como la árabe, en las que el baño tenía un gran significado religioso. Para el mundo islámico el agua simboliza la pureza y es un don divino. Por ello, el limpiar el cuerpo es un acto de fe. 

Del mismo modo, ya en la antigüedad, los baños también perseguían fines terapéuticos; se lo vinculaba al placer y en algunos casos al estatus social.

Termas de Cacheuta, en Mendoza. Ocupa uno de los más bellos enclaves de esa provincia.
Entre Ríos. Las termas de Colón, en las orillas del río Uruguay.

Desde épocas remotas, el ser humano hizo de los baños un ritual religioso o los utilizó como terapia medicinal. Sin embargo, el placer no era ajeno a la práctica que también algunos usaron como símbolo de estatus social. Las aguas termales concentran todos los objetivos. 



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