Jerusalén. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, reconoció ayer que la sociedad de su país “está enferma” por el racismo y advirtió que es “obligación” de todos comenzar a corregir ese fenómeno.
“Es el momento de admitir con honestidad que la sociedad israelí está enferma y que es nuestra obligación tratar esta enfermedad”, dijo Rivlin en un acto público en la Academia de las Ciencias de Israel.
Agencias EFE y AP
El jefe de Estado reconoció también que “la tensión entre judíos y árabes dentro del Estado de Israel ha llegado a niveles sin precedentes, y que las relaciones entre todas las partes están en su punto más bajo”.
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