lunes, 15 de septiembre de 2014

Hogar, dulce hogar

Hay una manera singular en la que confluyen dos personas que se casan o, las más de las veces, deciden vivir juntas. Creencias, expectativas, modelos familiares y culturales, recursos y problemáticas individuales, etcétera, son elementos que, contextualizados en una sociedad determinada, hacen que tanto la construcción de esa pareja, el estilo de relación y comunicación, así como las modalidades con las que resuelven sus conflictos y los factores que pueden o no llevar a su ruptura, sean únicos para cada caso en particular.

Beatriz Grinberg de Teicher*

El hogar, dulce hogar, está cambiando en un ­movimiento, a veces, a puerta cerrada y silenciosamente y, a veces, con estridencias.



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