El retiro forzoso de Vignetta es el último capítulo del vendaval de los últimos 12 meses en la Policía. Suárez enfrenta la inseguridad, los malos agentes y sospechas de muchos. De la Sota no quiere más problemas.
“Ok, correlo. Si alguno te molesta, Julio, sacalo. No quiero más problemas, ¿está claro?”. Satisfecho, Julio Suárez, jefe de la Policía de Córdoba, cortó la llamada del gobernador y, de inmediato, marcó el número, de memoria.
“Hola, Claudio… Vení a mi oficina. Tenemos que hablar...”. A las pocas horas, Claudio Severino Vignetta vaciaba sus cajones en su oficina de la Dirección de Seguridad Norte Capital y se iba aplaudido por varios oficiales.
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