jueves, 24 de julio de 2014

Cayó una concesión que no debió existir

El municipio conocía mejor que nadie la situación de Ciudad de Córdoba. Decidió sostenerla por la presión de UTA, para luego reemplazarla por Ersa. El escándalo de la fiesta en Corrientes forzó un rodeo: la UTE tripartita.

En un mismo acto, ayer el intendente Ramón Mestre echó a Ciudad de Córdoba del servicio urbano y admitió que el proceso de licitación del transporte público se rigió por reglas ajenas a las establecidas en los pliegos formales: la crisis de Ciudad de Córdoba es de larga data y debió ser detectada durante el proceso de evaluación de oferentes, máxime cuando la empresa presta servicios desde hace cinco décadas.

De hecho, la comisión de evaluación de las ofertas detectó la insolvencia de Ciudad de Córdoba. Los dictámenes finalmente fueron otros. 



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