De una figura dolosa, pasaron a una culposa; de seis imputados, pasaron a cuatro; al juicio, entraron sólo dos acusados, y ahora uno quiere retirarse del debate.
La causa de la mujer y su hija que recibieron el virus del sida (VIH) por una transfusión en la clínica Sucre, de la ciudad de Córdoba, está cerca de quedar impune si continúan desvinculándose los presuntos responsables y si, finalmente, se produce la prescripción por el transcurso del tiempo.
Ya pasaron 12 años y las dos víctimas conviven con el virus y sobrellevan una enfermedad incurable.
Comenzó el juicio por la transfusión que infectó a una parturienta, quien luego contagió a su hija. De seis imputados, sólo dos son juzgados.
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