lunes, 1 de septiembre de 2014

La maldición del “control-C, control-V”

Presiones editoriales, creatividad original agotada, pereza intelectual o una simple actitud ruin podrían definir algunos de los motivos por los cuales alguien decide cometer un plagio.

Según la Real Academia Española (RAE), plagiar es “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”.

En su defensa, quienes cometen estos actos suelen esgrimir que se trata de un “homenaje”, una “intertextualidad” o que tal autor fue su fuente de “inspiración”.

Argumentos que tienen validez siempre y cuando se citen de manera debida las fuentes.

Ilustración de Gustavo Dagnino.

La virtud y la oportunidad de las iniciativas de una concejala y una legisladora cordobesas perdieron un poco de brillo por no haber citado las fuentes de donde sacaron la información para fundamentar sus proyectos. ¿Era tan difícil?



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