lunes, 23 de febrero de 2015

“¿¡Mamá, qué hacés con ese látigo!?”

Ciudadanos La película 50 sombras de Grey no ha pasado inadvertida –lo que ha alegrado mucho a sus productores–, aunque no tanto por sus virtudes, sino por las muchas situaciones que indirectamente genera. Sea para el sano consejo psiquiátrico sobre “amor saludable”, por un lado, o para aumentar las ventas de objetos para la práctica de sexo bondage o sadomasoquista, por el otro. La película “50 sombras de Grey” ha hecho perder el pudor de comprar esposas en un “sex shop”.

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