Noticias Existen momentos de la vida en los que puede aparecer la idea y el sentimiento de que nada es interesante. En donde “nada me atrae, nada me gusta, nada me motiva”. Esto puede vivirse con una aparente tranquilidad, propia de la apatía, o ya con un cierto tono de desesperación: “No sé qué hacer de mi vida”. Sea de una forma u otra, podemos llegar a encontrar causas comunes para intentar explicar algo de este estado. Ante un duelo o ciertas dificultades, puede surgir una desmotivación extrema. ¿Un buen paso? No resignarse a estar así.
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