El Vaticano reveló un secreto celosamente guardado el jueves: los famosos frescos de la Capilla Sixtina empiezan a volverse blancos debido a la contaminación provocada por el enorme flujo cotidiano de visitantes que se maravillan con la obra maestra de Miguel Angel.
Las autoridades de la Santa Sede advirtieron la pátina blanca en 2010 e iniciaron una investigación. El daño no era visible desde el suelo, pero la inspección reveló que partes de los frescos estaban cubiertos por una pátina blanca semejante a un glaseado de azúcar resquebrajado.
Así lo asegura El Vaticano. Las pinturas comenzaron a blanquearse hace algún tiempo. Instalaron un nuevo sistema de climatización para prevenir daños.
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