Washington. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, prometió ayer “justicia”, poco después de que se confirmase la decapitación del periodista norteamericano James Foley, quien fue ejecutado por el Estado Islámico de Irak y el Levante (Eiil). Obama calificó a este grupo yihadista como un “cáncer que debe ser extirpado”.
El gobierno de Washington mantuvo así su firme decisión de luchar contra los militantes islamistas y prometió continuar atacando al grupo pese a las amenazas de matar a otro rehén estadounidense.
Tras confirmarse la decapitación de un periodista estadounidense a manos de los islamistas del Eiil, el jefe de la Casa Blanca prometió justicia y mantuvo la decisión de atacar a esa milicia en Irak. Los extremistas sunitas dijeron que ejecutarían a otro reportero cautivo.
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